lunes, 20 de octubre de 2014

Retorno a la Cueva del Oso

Queridos feriantes, siempre da gusto volver a los locales que te vieron crecer y formarte como persona. Este fin de semana, mi retorno ha sido a la Cueva del Oso, un pequeño bar de tapas de Murcia, en la calle Alejandro Séiquer, que por suerte, no ha perdido un ápice de su encanto.

Hace ya muchos años que este feriante que suscribe estas palabras practicaba el deporte del fútbol sala. Con poco talento pero mucho ímpetu, salía todos los jueves a la cancha del centro deportivo Barnés para destrozar la estela de grandes como Paulo Roberto o Duda.
No obstante, lo bueno venía durante el tercer tiempo. Junto a mi compañero de fechorías de aquella época, cuyo nombre obviaré, pues ahora está en nobles cometidos que nada tienen que ver con aquello, pisábamos el suelo de La Cueva del Oso, siempre a punto de cerrar sus puertas, para llenar el buche después del partido.
Nunca olvidaré el “tomate partío con aceitunas”, los montaditos de huevo de codorniz o las brochetas de pollo. A ello hay que añadirle las tablas de queso y paté, los montaditos de solomillo o las excelentes hamburguesas y los sabrosos perritos calientes. Es decir, un lugar pequeño, acogedor, con un gran encanto y en el que, pese a los años que no entraba, aún se acordaban de este feriante agradecido.
Así que ya sabes. Si estás por Murcia y necesitas un buen sitio para cenar, no lo dudes y entra en este pequeño local con encanto y buena comida. Pero date prisa que no hay mucho espacio.
Por mi parte solo añadir un último comentario. Pasaos mañana, a ver qué pasa.

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