lunes, 25 de noviembre de 2013

Cuidado con el bolsillo

Salir a tomar tapas es un gran placer. Salir a tomar unas cervezas en buena compañía. Dar una vuelta con amigos y "echar" unas risas. Todo ello resulta muy placentero, queridos feriantes. Pero cuando esto se desmadra... mejor no hacer preguntas.
Y es que... ¿A quién no le ha pasado el "salgo un ratito a tomar algo" y acabar dios sabe donde y con quién? ¿Quién no ha empezado a tomarse una tapa en su barrio y se le ha ido de las manos? ¿Alguno de vosotros no habéis salido en plan monjita a no gastarse mucho y dejarse la asignación de dos semanas en una tarde? Pues a este feriante que suscribe le sigue pasando.
Queridos todos, pasan los años. Nos hacemos más viejos. Llevamos peor el exceso de acción. Pero ante un buen plan no planeado, valga la redundancia, pocos feriantes serán capaces de resistirse. ¿Por qué? Porque estas situaciones te llevan a llenar tu casa de cucharillas para cócteles, empezar cenando en un mejicano y acabar metiendo la mano en una olla gigante con hielo y quintos o tomarte chupitos de tequila en un bar que no sabías ni que existía.
Amigos, nos hacemos mayores. Pero a veces hay que decir: ¡Qué coño! ¡Viva la vida del feriante!

martes, 19 de noviembre de 2013

¡¡¡SORPRESA!!!

Queridos feriantes, hoy es el cumpleaños de una buena amiga. El pasado sábado, más allá de compromisos y fríos varios, todos hicimos lo posible por asistir a una fiesta sorpresa. Y allí que nos plantamos, bajo la astuta batuta de su marido, para hacer acto de presencia. Degustamos unas deliciosas migas obra de Pin, con alguna que otra ayuda, departimos, reímos y nos reencontramos una vez más.
La cumpleañera se llevó una grata sorpresa. O eso creemos, jejeje. Hasta donde llega a ver la visión de este escritor aficionado que suscribe, la chica se divirtió. Sufrió su particular "Pasapalabra" y nos tuvo que aguantar allí hasta altas horas de la noche.
Y así, entre cervezas y risas, pasó un día entre amigos. Entre gente que se quiere, que se alegra de verse y que goza de la compañía mutua. Un día entre gente que año tras año, pese a las dificultades y visicitudes de la vida, sigue haciendo esfuerzos por verse, agradarse, reírse y, porque no, picarse un poquito.
Estas son las pequeñas cosas que hacen que la vida pueda ser maravillosa. Hay tanta gente enturbiando constantemente todo que cuando uno asiste a este tipo de envento y ve lo valiosa que es la amistad, no puede más que entristecerse por la ceguera de tantos y tantos, pero alegrarse por la suerte de otros. Y entre estos últimos me incluyo yo.
Seguimos en la brecha, queridos feriantes. Gracias a todos en general, y a los míos en particular.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Remando al aire

Un fin de semana más, queridos feriantes. Un fin de semana más en el que la salida al aperitivo acaba como acaba. Y yo me pregunto, ¿Cómo es posible? Todos los sábados salgo con la clara intención de tomarme una cerveza con mi querida pareja. De ahí hasta las doce de la noche mis cansados huesos andaron pululando por las calles de esta ciudad llamada Murcia.
Murcia es una ciudad que llama a la salida. Su temperatura, su clima, sus rincones conocidos, sus esquinas por conocer, pero sobretodo, su ambiente. Sus gentes disfrutando del sol del sur. Un cielo azul que pide a gritos que disfrutes de él durante cada segundo de vida. Sus aceras y paseos para las andanzas de un moderno feriante cual quijote ante locales que te llevan a la locura de enfrentar un molino convertido en gigante...
Lo dicho. La vida del feriante nunca fue fácil, pero si divertida.