martes, 30 de septiembre de 2014

Hamburguesas marranas


Queridos feriantes, aquí estamos un día más, lo cual considero una buena señal. Mientras hay movimiento, hay vida y esperanza, y eso es lo último que se debe perder. Ambas se deben ir juntas.
Vamos al asunto, que una vez más me voy por las ramas, como es habitual en mí. Hamburguesas marranas. El título es, como poco, provocador y un poquito agresivo. ¿A qué se debe? Muy sencillo. ¿No os ha pasado nunca que, tras un largo día de fiesta con amigos y colegas, te recoges muerto de hambre? ¿No habéis parado en el típico local de comida rápida abierto a las cuatro de la mañana en el que sirven kebabs, perritos, pizzas y hamburguesas grasientas? ¿No os han parecido de lo más apetitoso del mundo? ¿Una auténtica delicia por descubrir?
Pues a mí si me pasa. De hecho, este último fin de semana ya me encargué de dar buena cuenta junto con mi chica de unas cuantas de las que hacen la familia búlgara que regenta el Kiosko Real en Lorca.
Lo curioso es que luego me enteré que las hacen caseras. Y, realmente, están riquísimas. Las cosas como son. Tanto, que hasta mereció la pena aguantar al palizas del Antonio, el tipo que les quita las sillas, limpia y les echa una mano con el negocio, aunque no se yo esa mano haciando dónde va realmente.
Lo dicho, queridos feriantes. Si queréis reactivar el consumo en este país, disfrutad de lugares como el Don Homer y el Pizzerola en Murcia o el Kiosko Real en Lorca. Y hacedlo a altas horas de la noche, como debe ser. Aquí me despido. Pasaos mañana, a ver qué pasa.

Imagen cortesía de Marshall Astor, licencia CC BY-SA

lunes, 29 de septiembre de 2014

Feriante en feria

Queridos feriantes, ante todo, feliz lunes.
Hoy no me voy a explayar demasiado ni voy a entrar en disertaciones cómico filosóficas, como suele ser mi costumbre en los últimos días.
Hoy voy a ser muy breve. Sólo quiero dar las gracias a todas las personas de mi vida. Desde mi chica, a la que adoro, pasando por mi familia, mis amigos y hasta mis perritos. Incluso en los momentos más complejos, ellos te recuerdan que, como decía el gran Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa.
Este fin de semana he estado con casi todos ellos en la Feria de Lorca, y ha sido estupendo. Así que no me queda mucho más que añadir.
Eso sí, ilustro esta entrada con una rica foto de gambas a la plancha, que siempre da buen rollo, en especial en lunes lluviosos como hoy.



Otro día os comento más sobre lo que fue el fin de semana, con concierto de Raphael incluído.
Nada más, queridos. Aquí me despido por hoy deseando lo mejor, tal y como yo lo tengo. Cuidaos mucho y pasaos mañana, a ver qué pasa.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Un finde para el recuerdo

Queridos feriantes, los pasados días de libranza se convirtieron en un finde para el recuerdo. Al menos para mí. Y eso que no eran amigos míos de forma directa, la gente con la que estuve, pero acabó siendo fantástico.
Todo empezó más o menos normal. Nos pasamos por el Bar Almirante de Murcia a tomar unas tapas y unas cervezas. Compañia y agradable y ambiente tranquilito de lo más simpático. Sus mini hamburguesas son geniales.
De ahí nos desplazamos a una “fiesta remember” de tarde que una amiga de mi chica, y creo que mía ya por extensión, había organizado. Nuevamente ambiente agradable, música que se deja escuchar y risas y buen rollo. Va llegando la gente durante la tarde y, al final, como no podía ser de otra forma, nos quedamos los buenos, los de siempre, los que raramente fallamos o defraudamos, aguantando y levantando las barras de bar. ¿Qué mejor manera de acabar la noche que “el cuñao”?
Dicho “cuñao” no es el nombre de un local. Es el Bar El Corrental, un clásico de Murcia que tiene las mejores hamburguesas y perritos calientes de toda la ciudad. Una vez más, risas y un ambiente fantástico que pocas veces falla, por no decir ninguna.
Finalmente, tras un buen rato más de bar en el clásico Kitsch, nos volvimos a casa con una pequeña “peonza” de campeonato en la cabeza y la agradable sensación de “qué bien me lo he pasao”. Lo dicho, un finde para el recuerdo.
Queridos feriantes, hasta aquí mi disertación de hoy. Pasaos mañana, a ver qué pasa.

martes, 23 de septiembre de 2014

Anoche vi llover

Queridos feriantes, como muchos de vosotros ya sabéis, soy de Murcia. Es curioso, pero a mucha gente le hace gracia cuando digo esta frase. En fin, allá cada cual.
A lo que íbamos. El caso es que aquí, como muchos ya sabréis, pues sois muy listos, llover, lo que se entiende por agua que cae del cielo con origen en las nubes, llueve poco. Por eso me llamó tanto la atención la violencia con la que lo hizo ayer. ¿Da esto para todo un artículo? Imagino que para un gallego no, pues es su día a día. Pero para un murciano, da y mucho.

Aquí tenemos una sequía tremenda. De hecho, este último verano ha sido de los que menos precipitaciones hemos recibido en años. La conocida huerta murciana y su campo y agricultura sufre año tras año el duro golpe de la falta de agua. Yo no voy a entrar en disensiones políticas sobre este tema, pues está manido, quemado y sobreexplotado y mal utilizado por políticos y demás personas que se creen sus patrañas.
El caso es que para una vez que llueve, aunque lo haga con violencia como ayer, se agradece. El ambiente se limpia, la vegetación recibe una dosis extra de alimento y mi chica y yo miramos por la ventana y hacemos fotos obnubilados como si fuese nuestra primera vez (en ver llover, claro está. Esto va por los malpensados).
Y es precioso estar en casita mirando por la ventana abrazados mientras en la calle llueve. Ves la carretera bajar llena de agua. Los árboles movidos por el viento. Y ahí estamos nosotros, protegidos y cómodos en casita, con el corazón y la piel a buen recaudo. Una maravillosa excepcional que recomiendo a todos los feriantes del mundo.
Pues ya está mi entrada de hoy, amigos míos. Solo quería decir esto. Pasaos mañana, queridos feriantes, a ver qué pasa.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Ir o no ir

Muy buenas, queridos feriantes. Aquí estamos un día más para hablar de la vida, las aventuras y el amor. Hoy vengo con una historia que no por conocida deja de ser peculiar.
Anoche salí a tomar una cerveza junto con mi chica con una amiga. Zonas tranquilas, tapita y bebida fresca. Una muchacha soltera, simpática y guapa, de las que además gusta de cuidarse bien. Ese es el entorno.
Una vez puestos en contexto, vamos al meollo. Resulta que a esta muchacha le caen unos cuantos whatsapp de un chico simpático y agradable que está por ahí tomando una copa con amigos. Pero ella no se ve suficientemente arreglada, aunque está muy tentada de acudir a la llamada del lozano caballero, pues el feeling es conocido y deseado.
Por supuesto, mi chica y yo, fieles a nuestra filosofía de vida, le animamos a acudir. Si hay algo en el mundo que debéis tener claro, queridos feriantes, es que raramente el mismo tren vuelve a pasar. Veréis otros, pero siempre habrá alguna variación. Osea que, o coges las oportunidades en el momento o las pierdes.
Finalmente, la muchacha decidió acercarse a ver al mochuelo, no sin antes arreglarse un poco y sentirse mejor consigo misma. No obstane, puedo dar fe de que no era necesaria tal cosa, pero oye, cada uno es como es y se siente cómodo a su estilo.

La moraleja, queridos feriantes, no por obvia deja de ser constructiva. Si de verdad se te presenta una oportunidad en la que crees y te atrae, no la dejes pasar, pues no sabes si podrás volver a aprovecharla en otra ocasión. Si no te sientes bien contigo mismo y piensas que no es el momento, tal vez es que esa es la realidad, no es el momento.
Aquì me despido, queridos feriantes. Pasaos mañana, a ver lo que pasa.

Imagen cortesía de Jarine Lay, licencia CC BY

jueves, 18 de septiembre de 2014

Los lugares más bellos

Queridos feriantes, debo anunciaros que esta semana estoy muy reflexivo. Todo cuanto me rodea me supone una honda vertiente de pensamiento. Qué os voy a decir, tiene que haber momentos para todo. Así pues, hoy comentaré mi parecer sobre los lugares más bellos.

Está claro que un sitio bonito es totalmente disfrutable. Pese a no ser lo mismo, ya desde una fotografía se puede apreciar la belleza de un lugar que ofrece una visión encantadora y un alimento para el alma.
Ahora bien. Mi línea de pensamiento es la siguiente. ¿Para qué sirve disfrutar de un lugar bonito? Una profesora de ética me decía que no debíamos pasar por la universidad, sino dejar que la universidad pasase por nosotros. En aquel momento no la entendía demasiado bien. Con el tiempo aprendí que no utilicé ese conocimiento hasta mis dos últimos años de carrera, cuando cursé asignaturas como Historia medieval, astronomía o geografía humana. Todas ellas muy alejadas de mis estudios principales.
Esto me ha servido mucho en la vida. No vale únicamente con pasar por un lugar bonito y decir ¡oh, qué belleza! Hay que dejar que ese lugar te inspire, te llene los poros de tu piel, te atraiga, te haga soñar y entre por todas partes de tu mente y conciencia. De otra forma, solo estás viendo una manifestación geográfica o edificio que resulta llamativo.
Hay que disfrutar de cada lugar permitiéndole que entre en nosotros. Y esto se consigue viviendo cada segundo al máximo. Buscando en la vida lo que realmente queremos y amamos. Y rodeándonos de la gente que nos merece la pena y nos acompaña en el camino por lo que somos. De otra forma, vaciamos de contenido la belleza.
Esto es todo por hoy, queridos feriantes. Pasaos mañana, a ver qué pasa.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Quiénes somos?

A veces me pregunto quién soy. Qué busco en la vida. Cuáles son mis objetivos, mis sueños, mis metas... Observo mi pasado, juzgo mi presente e imagino mi futuro. Y es que no siempre son fáciles las cosas, queridos feriantes.
El otro día descubrí el mercado de Verónicas en Murcia junto a mi chica y unos amigos. Un lugar excelente dónde comprar buena carne, pescado y verdura y fruta. Un sitio genial para ir a tomarte el aperitivo. Eliges qué te gusta, te lo compras del puesto que desees y lo llevas a uno de los bares para que te lo cocinen. Todo un lujo. Lo pasamos genial.

Ayer fue un día lluvioso en Murcia. Sin embargo, salimos a tomar una cerveza y también lo pasamos muy bien.
Hoy por hoy, el trabajo escasea, queridos feriantes. Por eso me pregunto muy a menudo si hago bien gastando en mi bienestar y el de mi chica. Tal vez debería ahorrar cada euro que cae en mis manos, porque las vacas flacas ya se avistan al final de la carretera y todo va muy rápido. Sin embargo, me impregna continuamente esa sensación de que tengo que vivir el presente y confiar en que mi buen hacer me permitirá salir adelante cuando vengan peor dadas que ahora mismo.
Y aquí me hallo. Envuelto en oscuros pensamientos, rodeado de belleza y bondad en casa. No tiene sentido, ¿verdad, feriantes? La vida no siempre es fácil. De hecho, raramente lo es. Yo elegí mi camino. El de pensar, reflexionar y buscar mis propios puntos de vista de todo cuanto me rodea. Pero no siempre es fácil, queridos.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

No pretendo ser oportunista

No pretendo ser oportunista, como bien reza el título de este artículo. Todo cuanto escriba a continuación va a ser parecido a cómo lo había planteado anteriormente. No obstante, la realidad me ha llevado a crear una comparativa que espero que ningún feriante entienda mal.

La muerte de este banquero tan famoso que ha acaecido hoy es una desgracia. Nunca debemos alegrarnos del mal ajeno, por mucho que en demasiadas ocasiones parezca un deporte nacional. Por otro lado, también andan hospitalizados los máximos jerifaltes de unos conocidos grandes almacenes de la corte británica y de una entidad crediticia con nombre de una famosa ciudad catalana. Todo ello me lleva a pensar en el dinero y en mi verano.
En el dinero por la sencilla y obvia razón de que por mucho que acumules a lo largo de tu vida, vas a acabar igual. No importa si has vivido como un rey o como un pordiosero. Al final, mueres y todo se termina. De tí depende cómo lo quieres hacer y qué herencia deseas dejar en el mundo.
En lo referente a mi verano, muchos feriantes se extrañarán. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Pues es sencillo. Cuando estás con la persona que quieres y compartes momentos inolvidables con ella, la vida es mucho más sencilla y bonita. Y es en ese momento cuando aprendes que no hace falta tanto para acercarse a la felicidad.
Yo mismo, en otros momentos de mi vida, he deseado tener más y más. Pero es ahora, cuando menos tengo, cuando he logrado al fin hacer de la necesidad virtud. Cada día busco menos para estar tranquilo y feliz. Mi chica, mi familia, mis buenos amigos y mis perritos. Una vez completado esto, con tener los gastos mínimos cubiertos, estoy encantado.
La defunción de este señor tan rico y cuyo banco ha hecho daño a tanta gente, algunos muy conocidos y queridos por mí, me hace reflexionar sobre la vida y la muerte. A él ya no le importa el legado que deja. Sus números son increíbles y un montón de pelotas y cretinos le alabarán como a un dios de las finanzas. ¿Quién sabe? Igual era una bellísima persona en su fuero interno y con su gente. Pero el legado que a mí me deja es malo. No le conozco de nada, no entiendo por qué su entidad trata así a las personas y lo tienen que sufrir mis seres queridos. No somos menos que él aunque no tengamos tanto dinero.
Me despido ya, queridos feriantes. Siento si he estado muy negativo o reflexivo. Tiene que haber momentos para todo. Al menos he tenido un verano maravilloso junto a los míos y la vuelta al “cole” va por buen camino. Sed felices.