viernes, 30 de agosto de 2013

Viaje sin rumbo fijo (V)

Continuamos por Jerez. Esta vez nos hemos venido al centro. Un hotel bastante majo, antiguo pero bien cuidado. Y aquí nos hemos dado todo un remojón. Agua para aburrir. Primero en la espectacular piscina de aguas claras. Luego en el spa, con jacuzzi y sauna incluída. Y finalmente, otra vez en la piscinita. Todo ello previa degustación de un salmorejo espectacular.
Ahora vamos a conocer un poco la noche jerezana. Dicen que aquí hay gracejo y buenas tapas. No esperamos menos, pero todo está por ver.
De momento seguimos vivos. Hemos superado todos los escollos y disfrutado del viaje a tope. Ayer fue cura de sueño y cansancio. Hoy relax acuático. Y en breve, vuelta a la acción.
Por cierto, esta mañana nos hemos pegado un desayuno de lujo. Hasta reventar. Incluídos chorizos fritos, huevos, revuelto, baked beans...lo dicho, hasta reventar. Quizás por eso seguimos aún en pie, jejeje.
Bueno feriantes, me tengo que retirar ya. Dentro de unas horas, unas cervezas, unas tapas, un desayuno y unos cuantos kilómetros de más, comunicaré hacia donde se han encaminado nuestros cuerpos rumbosos. Besos y sed malos, que es más divertido.

jueves, 29 de agosto de 2013

Viaje sin rumbo fijo (IV)

Los cuerpos andan bastante cansados a esta hora. Y es que Zahara ha resultado más cansada de lo previsto. Cervezas, sorbetes, vodkas y atún, mucho atún, en todas sus variantes y grandezas.
Por cierto, querido Pin, la Gertru y su hermana, aquellas dos colgadas que me sacaron a la calle y me hicieron cepillarle la entrepierna para mayor risa de los clientes de la gintonería, me encontraron otra vez ayer en Zahara de los Atunes, en un chiringuito de playa, tras la actuación en directo de Sonkale. Por suerte, esta vez, no fui yo la víctima. Con una basta.
Hoy hemos aterrizado en Jerez de la Frontera. Visto los tiempos de tormenta con los que hemos amanecido hoy, en varios frentes además, hemos decidido darnos un homenaje. Así que nos hemos alojado en un elegante hotel desde el cual escribo estas líneas.
Aquí tenemos varias piscinas, spa, bar, restaurante y todo de todo. Jerez al fondo y golf por todas partes.
Por cierto, hemos aprendido, o así nos lo han contado, que juntar dos camas individuales es una italiana... Me quedo estupefacto, pero si ellos lo dicen...
Pero nuestros huesos andan castigados, así que nos hemos pedido la cena en la habitación, con un par. Ni golf ni leches, una cenita fría en compañía de mi feriante de referencia es lo que me pide el cuerpo. A reponer energías con Jerez de fondo visto a través de nuestro balcón.
Y mañana, con las pilas bien cargadas... Bueno, lo que hagamos mañana ya lo pensaremos mañana. Voy a abrir la puerta que está aquí mi gazpachito andaluz. Besos y abrazos, feriantes.

Viaje sin rumbo fijo (III)

Día de sensaciones encontradas.
Finalmente, después de una rápida y exahustiva búsqueda, nuestros cansados huesos acabaron en Zahara de los Atunes.
Zahara es un pequeño pueblo de la costa gaditana. Un pueblo que aúna la pesca y cría del atún con modernetes, flamenquitos, pijillos y otras especies que pueblan y esquilman las costas españolas.
El viaje fue complicado. El google maps nos potreó a su gusto. La llegada tardía la pudimos regar con un delicioso salmorejo y atún, mucho atún. ¡Que no se diga, que para eso estamos en Zahara!
La tarde continuó con los bellísimos paisajes de las playas del pueblo. Y como no, chiringuito, música en directo y el descubrimiento del sorbete de limón con un toque de ron. Las "malas-buenas" lenguas dicen que con lo que me meto en el cuerpo sería capaz de sobrevivir a todo tipo de catástrofes, jejejeje.
La noche en Zahara también es bonita. Ambiente agradable, variedad de lugares en los que comer y tomar algo, buena compañía...
Hay algún problemilla ajeno a nuestra voluntad. El mundo está lleno de "toca cojones", pero con ánimo y buen hacer, siempre se sale adelante.
A ver hacia donde nos encaminamos ahora... Besos

miércoles, 28 de agosto de 2013

Viaje sin rumbo fijo (II)

Decisión tomada. Por fin sabemos donde descansarán nuestros huesos esta noche. El destino, Zahara de los Atunes.
Pero antes de eso, hemos probado un excelente carpaccio de aguja, macarrones con vodka, ensalada capresse y extraños cócteles con té, amén de una extraña infusión que reconstituye el cuerpo y el alma. Todo ello en el bonito San José, en Níjar, Cabo de Gata.
Acto seguido decidimos encaminar nuestros huesos hacia Nerja, para cantar todo aquello de Verano Azul y montar en bicicleta. Sin embargo, nuestra maltrecha brújula nos ha hecho caer en un pueblito cercano llamado Frigiliana.
Frigiliana es un pueblo blanco, montañoso, con preciosas vistas. Poco activo por la mañana, pero mucho por la noche.
Aquí puedes aprender que una fábrica de caña de azúcar se le llama ingenio. Puedes encontrarte con Víctor, un restaurador murciano que te sirve asiáticos con su toque personal, aunque también es un excelente coctelero. Por cierto, vaya vistas tiene su restaurante, El Mirador.
Eso si, bañarse aquí tiene su mérito. Hemos disfrutado de una pequeña piscina rodeada de paredes y guijarros. Pero el tratamiento cutáneo express debido al agua fría ha sido de órdago.
Y por cierto, no seáis cernícalos. Si veis un lugar llamado Virtudes a la entrada del pueblo y no os da buen rollo porque está lleno de guiris, ni caso. Se come de lujo, el servicio es excelente, y la ensalada de atún y los espárragos están de vicio.
Y ahora, queridos feriantes, sigo con mi ruta. Ahora con rumbo fijo temporalmente. Mi excelente compañía y yo nos vamos a aventurar por la Costa de la Luz.
Qué bonito es ser feriante. disfrutad y sed felices.

lunes, 26 de agosto de 2013

Viaje sin rumbo fijo (I)

La vida puede ser maravillosa.
Mientras mi colega Pin anda de cita con su destino, tratando de reencontrar sensaciones perdidas doce meses atrás, yo me encuentro envuelto en un viaje sin rumbo claro y dudosa meta.
Viajar es una bonita costumbre. Viajar bien acompañado es fantástico. Viajar junto a mi feriante particular es maravilloso.
Tras un verano corto pero intenso, ahora nos embarcamos en una nueva aventura. Una aventura excitante y divertida. Una aventura que pondrá punto final a nuestro verano, pero punto y aparte a nuestras "feriantadas" y punto y seguido a nuestras vidas.
Es importante mirar siempre hacia delante. Aprender del pasado, vivir el presente y no volverse loco con el mañana, pues es posible que no estemos aquí. Los feriantes no nos solemos guardar nada para la vuelta. Es un camino de ida, sin retorno. Un camino en el que vivir el presente es primordial.
Pero bueno, feriantes varios, vamos al tema. Tras un mes veraniego de lo más variado, salpicado por fiestas aguileñas y mangueras, viajes alpujarreños trufados de gran comida de la zona y piscinas desconchadas y antediluvianas y mal servicio pero excelente disfrute en hoteles de cinco estrellas (inmerecidas a todas luces), mi feriante de referencia y yo nos hemos lanzado a la aventura.
Primera parada, San José, en Níjar, Almería. Llegada, búsqueda de hotel sin prisa, cervecita fría acompañada de excelentes empanadilas y comida tardía en "Kalimba". ¿Y qué es "Kalimba"? Es un bar muy particular. Cervezas varias, ambiente variado y ecléctico, olorcito a peta, mojitos, comida peculiar y muy apetecible, pompitas de jabón (no es broma). Todo un descubrimiento.
Ahora me encuentro en el hostal "El Dorado". Y ojo, lo de hostal no hace honor a las instalaciones. Grandes vistas, cama cómoda, piscina pequeña pero matona... Un lujo.
¿Y mañana? mañana, desayuna y segunda etapa. Pero eso será mañana.
Besos