martes, 21 de octubre de 2014

Fiestas y costumbres

Es curioso la capacidad que tenemos los humanos para perpetuar todo tipo de fiestas y costumbres. Esto, queridos feriantes, me viene a la mente hoy, ya que este pasado fin de semana asistí al bautizo del pequeño Héctor.
Y debo decir que me maravilla cómo generación tras generación, mantenemos estas costumbres vivas. Obviamente, no voy a entrar aquí a disertar sobre religión y este tipo de eventos. Sí que opino que, tanto bodas como comuniones y bautizos tienen mucho más ya de costumbrista que de verdadera creencia. Algo queda, eso es innegable, pero resulta hoy día una obligación, necesidad, afición... llámale X o como te venga en gana.
El caso es que este feriante que escribe estas líneas, sin ser creyente, ni practicante ni nada por el estilo, agradece estas costumbres. Son momentos perfectos para volver a ver a amigos y familiares que de otra forma es imposible. Al fin y al cabo, tengo uno cada año o dos años. No es algo que me quite el sueño ni me moleste, más bien al contrario.

Eso sí, en el momento en que me caen un par de estas celebraciones en breve espacio de tiempo, la cosa cambia. Estas reuniones están bien, son simpáticas y sirven para retomar relaciones esporádicas, pero punto final. El abuso de ellas es horrorosamente contraproducente.
Aquí me despido, queridos feriantes, no sin antes añadir... pasaos mañana, a ver qué pasa.

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