viernes, 19 de septiembre de 2014

Ir o no ir

Muy buenas, queridos feriantes. Aquí estamos un día más para hablar de la vida, las aventuras y el amor. Hoy vengo con una historia que no por conocida deja de ser peculiar.
Anoche salí a tomar una cerveza junto con mi chica con una amiga. Zonas tranquilas, tapita y bebida fresca. Una muchacha soltera, simpática y guapa, de las que además gusta de cuidarse bien. Ese es el entorno.
Una vez puestos en contexto, vamos al meollo. Resulta que a esta muchacha le caen unos cuantos whatsapp de un chico simpático y agradable que está por ahí tomando una copa con amigos. Pero ella no se ve suficientemente arreglada, aunque está muy tentada de acudir a la llamada del lozano caballero, pues el feeling es conocido y deseado.
Por supuesto, mi chica y yo, fieles a nuestra filosofía de vida, le animamos a acudir. Si hay algo en el mundo que debéis tener claro, queridos feriantes, es que raramente el mismo tren vuelve a pasar. Veréis otros, pero siempre habrá alguna variación. Osea que, o coges las oportunidades en el momento o las pierdes.
Finalmente, la muchacha decidió acercarse a ver al mochuelo, no sin antes arreglarse un poco y sentirse mejor consigo misma. No obstane, puedo dar fe de que no era necesaria tal cosa, pero oye, cada uno es como es y se siente cómodo a su estilo.

La moraleja, queridos feriantes, no por obvia deja de ser constructiva. Si de verdad se te presenta una oportunidad en la que crees y te atrae, no la dejes pasar, pues no sabes si podrás volver a aprovecharla en otra ocasión. Si no te sientes bien contigo mismo y piensas que no es el momento, tal vez es que esa es la realidad, no es el momento.
Aquì me despido, queridos feriantes. Pasaos mañana, a ver lo que pasa.

Imagen cortesía de Jarine Lay, licencia CC BY

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