martes, 23 de septiembre de 2014

Anoche vi llover

Queridos feriantes, como muchos de vosotros ya sabéis, soy de Murcia. Es curioso, pero a mucha gente le hace gracia cuando digo esta frase. En fin, allá cada cual.
A lo que íbamos. El caso es que aquí, como muchos ya sabréis, pues sois muy listos, llover, lo que se entiende por agua que cae del cielo con origen en las nubes, llueve poco. Por eso me llamó tanto la atención la violencia con la que lo hizo ayer. ¿Da esto para todo un artículo? Imagino que para un gallego no, pues es su día a día. Pero para un murciano, da y mucho.

Aquí tenemos una sequía tremenda. De hecho, este último verano ha sido de los que menos precipitaciones hemos recibido en años. La conocida huerta murciana y su campo y agricultura sufre año tras año el duro golpe de la falta de agua. Yo no voy a entrar en disensiones políticas sobre este tema, pues está manido, quemado y sobreexplotado y mal utilizado por políticos y demás personas que se creen sus patrañas.
El caso es que para una vez que llueve, aunque lo haga con violencia como ayer, se agradece. El ambiente se limpia, la vegetación recibe una dosis extra de alimento y mi chica y yo miramos por la ventana y hacemos fotos obnubilados como si fuese nuestra primera vez (en ver llover, claro está. Esto va por los malpensados).
Y es precioso estar en casita mirando por la ventana abrazados mientras en la calle llueve. Ves la carretera bajar llena de agua. Los árboles movidos por el viento. Y ahí estamos nosotros, protegidos y cómodos en casita, con el corazón y la piel a buen recaudo. Una maravillosa excepcional que recomiendo a todos los feriantes del mundo.
Pues ya está mi entrada de hoy, amigos míos. Solo quería decir esto. Pasaos mañana, queridos feriantes, a ver qué pasa.

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