Queridos feriantes, una de mis frases favoritas es: se sabe como empieza... pero no como acaba. Esto viene a cuento pues este fin de semana se presuponía tranquilo y discreto. Y, al final, no ha sido tan monótono como en un principio podía parecer.
Comenzamos un viernes saliendo a comer con amigos. Una pizzería murciana llamada "Imperial" donde dicen que hacen pizzas al metro. Otro día habrá que investigarlo. Y no contentos con eso, acabamos tomando gin tonics con fresas y humo y burbujas. Mi primera experiencia con el hielo seco. No le aporta gran cosa, pero tiene su gracia. Todo más o menos tranquilo, pues acabamos recuperando aquellas sesiones golfas de nuestra juventud. Cine a las doce y media de la noche. Una gozada. Vimos "Gravity". Por cierto, lo del 3-D puede tener su gracia, pero yo no se la veo.
El sábado nos levantamos con fuerzas renovadas. Tanto que decidimos comer en la Plaza de las Flores de Murcia. Mucho ambiente, algún excedido con el alcohol haciendo el imbécil y poco más. De ahí, como no, a ver el famoso "Barça - Madrid". Partido que no me interesaba absolutamente nada. Eso sí, estando aderezado por buena compañía y hamburguesas de colores (no es broma) en el restaurante "De 3 en 3", todo resulta más agradable. Y de ahí al punto álgido del día. Visita a la Pizzería Ralonni, propiedad del genial Superperrete, el primer superhéroe murciano. El disfrute fue máximo. Platos como la ensalada jean claude van damme o la pizza chuck norris, bañados por un carretón de quintos y elaborados con productos de huerta murciana "muncho buenos". Sencillamente genial.
El domingo acabamos justos de fuerzas. Así que tras degustar el menú dominical del restaurante "cátalo despacito", decidimos recoger amarras y volver a casa.
Hace meses que mis fines de semana nunca son anodinos. Con mi maravillosa compañera de viajes todo parece más fácil, brillante y divertido. Soy un feriante feliz. Besos.
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