Queridos feriantes, debo decir que los sábados se están convirtiendo en mis días preferidos. Si bien es cierto que últimamente mi cuerpo no anda para muchos trotes, no es menos real que en sábado, se como empiezo, pero no como acabo.
Este último me fui al Valle Perdido con mi feriante de referencia y con mis dos perritos. Nada grave. Un paseito por la sierra para expandir los pulmones respirando aire limpio. Y, dicho sea de paso, como le gusta aquello a la gente. Estaba a reventar.
El caso es que tras una hora de caminata, aquello había que bajarlo. Y qué mejor forma que en la terracita, con una cerveza y unas tapas bien ricas. Y hasta aquí, todo según lo planeado. Bueno, según lo planeado sobre la marcha. Y allí que vimos a un par de amigos. Lo típico, "¿cómo estás? ""¿Qué bien se está aquí?" "Tomaos una cerveza". Y aquello acabó sobre las nueve de la noche, entre cervezas americanas, mexicanas y cartageneras. Risas y puntito bueno. Y para casa reventados.
Este es un sábado cualquiera. Uno de esos días en los que sabes como empiezas, pero no como acabas. Y lo bueno es que esto puede suceder cualquier día. Cuidaos mucho, feriantes. Besos para todos.
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