Querido feriante, ¿nunca has estado en una fiesta en la que no sabes muy bien qué es lo que pintas? Una fiesta en la que no te has autoinvitado, claro está. Sin embargo, hay alguien que quiere que estés. Alguien que hace lo posible por contar con tu compañía, aunque tú no sepas quienes son la mitad de los comensales o lo que es peor, no te interesa.
Pues esas situaciones existen. Fiestas llenas de gente a la que no conoces. O bien personas que ni si quiera te caen bien. Es más, no caen bien ni al organizador. O seres humanos con los que sientes que no conectas en absoluto. Les hablas pero sabes claramente que estás hablando con un muro que igual hasta te devuelve la pelota con más fuerza.
Pero lo curioso es que a veces, aún estando en situaciones algo extrañas tales como estas fiestas de desplazado, te lo pasas bien. Te ríes con alguien inesperado, algún amigo o pareja te hace sentir cómodo o encuentras temas de conversación que no te incomdan en absoluto.
La vida es muy curiosa, queridos feriantes. Por eso es bueno probar variedad y no descartar nada. Nunca se sabe dónde o cuándo encotrarás la pajita más corta.
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