jueves, 29 de agosto de 2013

Viaje sin rumbo fijo (III)

Día de sensaciones encontradas.
Finalmente, después de una rápida y exahustiva búsqueda, nuestros cansados huesos acabaron en Zahara de los Atunes.
Zahara es un pequeño pueblo de la costa gaditana. Un pueblo que aúna la pesca y cría del atún con modernetes, flamenquitos, pijillos y otras especies que pueblan y esquilman las costas españolas.
El viaje fue complicado. El google maps nos potreó a su gusto. La llegada tardía la pudimos regar con un delicioso salmorejo y atún, mucho atún. ¡Que no se diga, que para eso estamos en Zahara!
La tarde continuó con los bellísimos paisajes de las playas del pueblo. Y como no, chiringuito, música en directo y el descubrimiento del sorbete de limón con un toque de ron. Las "malas-buenas" lenguas dicen que con lo que me meto en el cuerpo sería capaz de sobrevivir a todo tipo de catástrofes, jejejeje.
La noche en Zahara también es bonita. Ambiente agradable, variedad de lugares en los que comer y tomar algo, buena compañía...
Hay algún problemilla ajeno a nuestra voluntad. El mundo está lleno de "toca cojones", pero con ánimo y buen hacer, siempre se sale adelante.
A ver hacia donde nos encaminamos ahora... Besos

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